
Origen y descubrimiento en Etiopía
Según la leyenda, la historia del café comenzó con su descubrimiento en Kaffa, una región de la actual Etiopía. Un relato escrito en 1671 cuenta que el café fue descubierto en el siglo IX por un pastor llamado Kaldi. Mientras viajaba con sus cabras, notó que los animales se volvían inusualmente vivaces y enérgicos después de comer de un arbusto con hojas verde oscuro y bayas amarillas o rojas.
La curiosidad llevó a Kaldi a llevar las estimulantes «bayas mágicas» a un monasterio cercano para que los monjes le explicaran sus efectos. Consideradas una tentación diabólica, los monjes arrojaron las bayas al fuego. Sin embargo, el embriagador aroma del café tostado finalmente los impulsó a rescatar los granos de las llamas y preparar el primer café del mundo.
En Kaffa, desde tiempos remotos se consumían cerezas de café crudas, o bien se preparaba una pasta masticable con granos triturados y grasa animal. En Etiopía, al café todavía se le llama «buna». El nombre «café» probablemente deriva del árabe «qahwa» (vino/bebida) o «kachve» (fortalecedor). El término «kaveh», de uso común en Turquía hoy en día, también tiene origen árabe.
Reinventarse en Arabia
Hacia el año 1000, los árabes comenzaron a tostar, moler y hervir los granos con agua. La primera plantación comercial de café se estableció en lo que hoy es Yemen.
Hasta el siglo XI, las diferentes partes de la planta se utilizaban de diferentes maneras:
- Se consumieron cerezas de café crudas.
- Judías verdes cocidas en caldo
- procesado con grasa animal para elaborar melaza comestible
Desde su descubrimiento en África hasta su refinamiento en forma de espresso en Italia, el café tiene una larga y fascinante historia.
Resumen
El grano de café se originó en Etiopía, llegó al mundo a través de Arabia y, con el tiempo, se convirtió en la bebida que conocemos hoy. Numerosas leyendas y acontecimientos históricos hacen que la historia del café sea particularmente fascinante.

